15 de abril de 2016

LA POSADA SANGRIENTA (por Señor Ludopático)

Hoy os presentamos un nuevo "Indio". Veamos que nos cuenta "Señor Ludopático" sobre este macabro juego


Autor: Nicolas Robert
Nº de Jugadores: 1-4
Duración: 45-60 minutos
Edad: 14+

De que va:
Estamos ante un juego de cartas en el que formaremos parte de una familia de posaderos un tanto… “peculiar” cuyo objetivo final es el de amasar una fortuna mayor que la de sus consanguíneos; para lograrlo deberemos ir realizando acciones tales como sobornar, matar huéspedes para despojarles de sus posesiones, construir anexos a la posada, enterrar los cadáveres de aquellos a los que asesinemos, y blanquear el dinero que vayamos obteniendo. Suena bastante bien, ¿no?

Desarrollo de la partida:
La partida se desarrolla durante dos estaciones que vienen representadas por el mazo de huéspedes: cada ronda según el número de jugadores que haya en la partida va entrando un número concreto de huéspedes a las habitaciones de la posada que serán asignadas a los jugadores, entonces los posaderos realizarán sus 2 acciones disponibles alternativamente y comenzando por el jugador inicial (que rotará cada ronda). Completadas las acciones los huéspedes se marcharán para dar paso a nuevos visitantes; eso, si consiguen sobrevivir a la ronda claro…Muahahahah!! (Ya paro).

La ronda, por tanto, se estructura en la tarde (los huéspedes  llegan), la noche (los posaderos realizan sus acciones), y la mañana siguiente (cuando los huéspedes supervivientes dejarán la posada pagando su habitación al jugador al que pertenezca).

Así se suceden las rondas hasta agotar el mazo de huéspedes. Una vez que el mazo se agota por primera vez se baraja el descarte (donde se encontrarán los visitantes que salieron vivos de nuestra posada) y se empieza de nuevo. Cuando el mazo de huéspedes se vuelve a agotar se realiza la última ronda (esta ronda puede ser o no jugada, dependiendo de si se dan las condiciones) o se acaba el juego directamente.


Cómo funciona:
Ya hemos visto como fluye una partida de La Posada Sangrienta pero, entonces, ¿Dónde está la gracia del juego?

Estamos ante un juego de combos con cartas, donde habrá que usar nuestras cartas en mano como moneda de cambio (a razón de 1 carta = 1 “moneda”)  para adquirir nuevas cartas, jugar cartas en nuestra zona de juego o en general realizar cualquier acción. Es decir, para hacer acciones habrá que pagar cartas de nuestra mano. Esto nos obligará a elegir muy bien qué cartas jugar y cuales desechar para pagar las que jugamos, una mecánica que bebe de grandes juegos de combos con cartas como Race for the Galaxy o San Juan.

Además, cada carta podrá usarse de dos formas bien diferenciadas, representando según cómo la utilicemos o un personaje que nos brindará suculentos descuentos a la hora de realizar determinadas acciones, o una construcción (que el juego llama “anexos”) que nos proporcionará una habilidad y espacio para enterrar cadáveres. Las habilidades de los anexos suelen ser muy útiles y vitales para encadenar combos; a su vez, el espacio para enterrar no se podrá conseguir de otra manera, siendo un elemento imprescindible si queremos obtener nuestro botín de los huéspedes que hayamos matado. Esta segunda mecánica de incluir un “doble uso” para cada carta es otra de las claves del juego, y nos recordará a otros títulos como Gloria a Roma o Isle of Trains.

Por tanto, lo que determinará nuestra estrategia en la partida será la elección de las cartas que jugar/descartar y el uso que les damos dentro de esa doble función que tiene cada una, intentando aprovechar los descuentos y habilidades que nos ofrecen y buscando las combinaciones entre ellas que el juego nos propone.

Además habrá que tener muy en cuenta la presencia de policías como huéspedes en la posada, que podrá fastidiarnos bastante si nos pillan con cadáveres sin enterrar cuando llega la mañana. Si esto ocurre tendremos que pagar 10 francos por cadáver y, por supuesto, estos se perderán y no podremos conseguir su recompensa al enterrarlos.

Conviene destacar que al final de cada ronda tendremos que pagar un franco por cada carta que conservemos en la mano (a modo de salario), y por cada una que no podamos pagar perderemos una carta. Es recomendable tener cuantas más cartas mejor para poder tener más margen de acción pero a la vez cuidar que las podamos mantener…

Por último, una de las cosas a tener muy en cuenta será nuestro track de dinero “líquido”, que está limitado a 40 francos y a partir de ahí lo que consigamos caerá en saco roto. Para evitar esto el juego propone la acción de blanqueo, que consistirá en bajar nuestro “cash” de 10 en 10 francos a cambio de cheques bancarios por dicho valor. Este elemento también resultará clave para tener éxito en las partidas, y habrá que estar atentos para maximizar nuestras ganancias ya que las 2 acciones que tenemos por ronda se nos antojarán muy escasas y perder una de ellas para blanquear en un momento crítico nos puede penalizar bastante.

Tendremos que ir combinando estos elementos de la mejor manera posible, adaptándonos a nuestros rivales e intentando entorpecer sus planes… ¡¡Para acabar coronándonos como los posaderos más sanguinarios y asquerosamente ricos del pueblo!!

Opinión personal:
Bueno, ahora, al turrón. Para empezar diré que La Posada Sangrienta es un juego que me gusta. La mayoría de sus mecánicas no son precisamente innovadoras pero es un juego bien hecho, sólido. Juega mucho con la capacidad de los jugadores de mantener ese equilibrio entre acumular cartas para realizar acciones, pero intentando conservar la mayor cantidad de dinero posible; de conseguir todas las recompensas que se pueda pero siempre tratando de blanquear nuestras ganancias.

Tras una primera partida, ver combos y entrar en la dinámica del juego es bastante sencillo, lo difícil es hacer todo lo que te propones con sólo 2 acciones por ronda. Y esta es una de las cosas buenas que tiene el juego, que nos mantiene en tensión maquinando cómo llevar a buen puerto nuestros planes con tan pocos turnos y con los demás jugadores acechando tras cada esquina…
Y ahí tenemos otro punto muy positivo. En La Posada, hay que estar muy atentos a las acciones de los demás jugadores, a si hay o no policías en alguna habitación, si los demás jugadores se están quedando sin hueco para enterrar…

En pocas palabras nos plantean varias posibilidades de interactuar y fastidiar a nuestros adversarios: siguiendo el hilo del último ejemplo, una de las opciones que tenemos de mandar al traste los planes rivales es enterrando cadáveres en alguno de sus anexos que tengan hueco disponible. Esto hará que nosotros sólo consigamos la mitad del botín del cuerpo que hemos encasquetado, cediéndole la otra mitad al dueño del anexo. ¿Por qué puede ser interesante hacerlo? Porque si da la casualidad de que el dueño de la construcción tiene 2 cadáveres sin enterrar y se ve sin anexos donde ocultarlos…si hubiera un policía en la posada al acabar la ronda se vería obligado a perder los cadáveres con sus respectivas recompensas y a pagar 10 francos por cada uno; puede sonar a poco, pero cuando significa una pérdida de unos 50-60 francos en total, ¡No es moco de pavo! Este era solo un ejemplo de la interacción entre jugadores presente en el juego.

Yo personalmente no suelo disfrutar mucho de la interacción pero con este juego si consigues meterte en el tema habrá tensión, risas malévolas, alegrías y llantos por doquier.

Es posible que hayáis intuido cuál es su siguiente punto positivo. Efectivamente, es su tema. Tendremos que hacer al principio un pequeño esfuerzo por interiorizar el escenario que el autor nos propone, ya que si esperamos que el juego nos deje alucinados sin más transportándonos a una macabra obra, este no es vuestro juego: os sentiréis jugando y descartando cartas sin ton ni son y no conseguiréis disfrutarlo lo suficiente.

Ahora bien, si por el contrario el tema os atrae y conseguís ubicaros, os sorprenderéis a vosotros mismos pensando como traducir en acciones óptimas vuestra ansia por conseguir dinero asesinando inquilinos, os agobiaréis viendo a los policías cerca de vuestra pila de cadáveres teniendo que liquidarlos también a ellos sin remedio, entrando en un bucle de muerte y tensión…
En este aspecto, chapó.

El siguiente punto a favor está un poco relacionado con el anterior; no es otro que su apartado gráfico y artístico. Para mí es sencillamente una maravilla visual, un arte que transmite lo macabro del tema. Los componentes del juego son de calidad aceptable, y las cartas de buen tamaño.
Como últimas notas positivas comentaré que tiene una duración muy ajustada, pudiendo encadenar un par de partidas seguidas, y un precio muy atractivo que en el peor de los casos no supera los 25 euros. El juego escala bastante bien en todo su rango de jugadores, con una relación de: a más jugadores, menos control de lo que ocurre en la mesa.

Además, cuenta con un modo oficial en solitario también bastante sólido, que para mí es un voto a favor (y como nota menos positiva de este modo quiero resaltar que es un solitario de “supera tu propia puntuación” con todo lo que eso conlleva).



Llegados a este punto toca comentar las facetas negativas de La Posada Sangrienta. La primera ya la he comentado antes, y es que si no consigues meterte en el tema probablemente este juego no te aporte gran cosa, en cuyo caso creo que hay mejores opciones si lo que quieres es disfrutar de un buen juego de combos con cartas.

Esto nos lleva de cabeza al segundo punto negativo. Dicen que las comparaciones son odiosas, y le encontramos pleno sentido a esta expresión cuando hablamos de dos de los “hermanos mayores” de este juego. Son los mencionados Race for the Galaxy y San Juan. A pesar de ser el segundo más ligero y más cercano a La Posada, ambos lo superan en sensaciones, rejugabilidad y depuración de mecánicas en lo que a combos respecta; ofrecen más posibilidades y, en definitiva, divierten más (que es de lo que se trata).

Para acabar, aunque no es un elemento negativo “per sé”, sí quiero resaltar que si no tenemos experiencia en juegos de este estilo es más que probable que en la primera partida andemos algo perdidos, o incluso perdidísimos jaja. Esto se soluciona una vez que conocemos más o menos las cartas y vamos viendo cómo aprovechar bien sus efectos, es algo muy común en los juegos de combos.

¿A quién le recomiendo este juego?
A todo aquel que disfrute con el humor macabro, a todos los amantes de los combos, y en general a todos aquellos que no os veáis con fuerzas de jugar a alternativas más “duras” o queráis dejar en reposo vuestros clásicos de combos de toda la vida.

No esperéis un juego que os cambie la vida, ni un top 10 o indispensable porque La Posada no lo es. Es un juego dinámico, entretenido y bien hecho, pero en ningún caso brillante.
Por mi parte no puedo decir más que lo probéis si tenéis ocasión, y que en mi ludoteca se queda.

Me despido de todos Ustedes con un lema que inspira mis fines de semana: jugad, porque jugar es humano.
Señor Ludopático

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