AVISO DEL SHÉRIFF: esto es una entrada en tono de humor, o al menos eso me dijo el tal "Yiyeru".
No nos hacemos cargo de los daños cerebrales que pueda causar, y por favor...
No se lo tengáis en cuenta está haciéndoselo mirar.
Si hay algo con lo que no puedo… es con un piano de cola, pesa mucho, demasiado para mí… y otra cosa con la que no puedo es con las reseñas de juegos que se hacen con una sola partida, eso me parece indecente e inmoral, por ello hoy traigo una reseña de un juego al que NO he jugado una partida, sino que he jugado menos aún… ninguna, ni tampoco lo he visto jugar, ni he visto fotos de ningún componente, ni falta que hace…
Porque hoy os traigo en primicia primiciosa:
De Stefan Feld |
Peeeero antes de entrar en materia…
Breve introducción:
Stephan Feld, antes de dedicarse en cuerpo y ¿alma? a esto de los juegos de mesa desarrolló su actividad laboral en diversos talleres de chapa y pintura especializándose en reparaciones de motores de bajo consumo, circunstancia que sus detractores le han recordado hasta la náusea al afirmar que “Feld es de mecánicas...” desconozco el motivo de esta enemistad con la clase burguesa germana e imagino que vivirá en un barrio obrero, “Stuttgarlcorcón” por ejemplo…
Curiosidades:
En ocasiones, Feld se apoya en lugares de todo el mundo para sus diseños, así encontramos en Francia Notre Dame o Estrasburgo, un poco más retirado nos coge Roma, Speicherstdat, Bora Bora… de seguir así en un par de años sólo le quedaría Peñíscola para ambientar alguno de sus títulos…
No obstante, alguna de sus creaciones publicadas bajo el sello Alea ya transcurren en España, así sus seguidores podemos gozar de “La isla”, como coloquialmente es conocida la ciudad de San Fernando (Cádiz), más sutil, pero de ese mismo 2015 es su “Aquasphere” en el que observamos una clara influencia del Oceanografic de Valencia y de su asiduidad a las pulpeiras de Ribadeo.
Y ahora sí, to de turrón.
Tema:
Los juegos de Stephan no destacan por recrear de forma fidedigna un suceso concreto, sino que se plantean como mecánicas relacionadas y se visten con una leve ambientación para disimular lo realmente abstractos que son en su interior, por norma general no me importa esta trampa al igual que no le molesta a una mayoría de los eurogamers, pero en este caso es diferente… “Delphi” es una serie de dibujos animados de los años 90 que me encantaba de niño y que cuando sea padre volveré a ver con mis hijos vía youtube, aún hoy en algunas entrevistas de trabajo canto la canción del opening que dice así:
Deeeeeeeeeeeeeeeeeeelphi es tu fiel amigo, Deeeelphi nananananá (porque en este país somos muy de nananananá) y claro, la portada del juego no recuerda en absoluto a las aventuras de mi delfín favorito… de las que sin duda bebe directamente, así que muy mal, contento me tienes Stephan… tú sigue juntándote con tu colega el “cierra bares” ese, el Matthias Cramer de los cojines (maldito corrector) y verás a dónde vas a parar…
Dependencia del idioma:
Otro de los grandes problemas del juego… normalmente este autor cuida muy mucho de que el idioma no sea una pega, pero en este caso nos encontramos con una enorme traba, fijaos si será enorme que he llamado a la editorial y no ha habido forma de que nos entendiésemos para que me enviasen el juego, ellos por huevos hablando en alemán y así no hay forma, no me han dado facilidades yo por lo menos he puesto de mi parte, les he hablado en español pero despacio y a gritos y nada, hacían como que no se enteraban… tú sigue así Stephan, verás a donde llegas, ya… contento me tienes…
Estamos ante un juego de 2 a 4:
Sin duda, nuevo despropósito del señor Feld… porque yo de 2 a 4 estoy durmiendo, a no ser que sea de 2 a 4 de la tarde, pero claro, tendrían que haber puesto de 14:00 a 16:00 y aún así me da igual, porque a esa hora me pillan comiendo o liado, así que mal, yo los juegos los recomiendo siempre de 5 a 8 de la tarde o los sábados de 11 a 2, por echar la partideja antes de comer.
- A modo de conclusión ¿Puedes decir unas palabras?
+ Claro hombre, faltaría más:
Mermelada.
Alcachofa.
Pingüino (una diéresis nunca me asustó)
Semáforo (por meter una esdrújula, para que se note que estudié en frente de un colegio de pago).
Con estas palabras la reseña llega a su fin, pero amado lector no quiero irme sin escribirte un par de palabras que te abrirán muchas muchísimas puertas en esta vida allá donde vayas:
“Tire” y “empuje”
Sigo cabal…gando.
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